La estructura consta de un único pilar que actúa de contrapeso para los 200 metros del puente gracias a trece largos cables. La idea original era construir dos puentes simétricos en cada lado de la isla. Sin embargo, el singular diseño del puente del Alamillo ha demostrado al final ser mucho más impactante. La plataforma no tiene tirantes de retenida, solo hay tirantes a un lado de la torre. Se trata del primer puente atirantado que no posee esta banda de tirantes. De esta manera no se recogen las fuerzas que reciben los tirantes de un lado de la torre con otros tirantes que estuvieran al otro lado.
En este puente tuvieron que realizarse unas cuantas actuaciones tanto en su diseño como en su ejecución que no hubieran sido necesarias si se hubiera realizado esa banda de tirantes de retenida, lo que dio lugar a un gasto muy superior al que se hubiera tenido con un puente atirantado común. Por ejemplo, se tuvo que realizar un tablero con un canto mucho mayor al que se da en los puentes atirantados.
Finalmente, el alto de la estructura sirve como mirador, conocido como «el ojo de la cabeza de caballo».