La Plaza de España de Sevilla es un conjunto arquitectónico encuadrado en el Parque de María Luisa. Es el edificio más grande de la arquitectura regionalista andaluza. Se construyó como edificio principal de la Exposición Iberoamericana de 1929. La proyectó el arquitecto sevillano Aníbal González, nombrado arquitecto director de la muestra.
Las obras de construcción comenzaron en el año 1914, siendo la primera piedra colocada por Alfonso XIII. Fue el proyecto más ambicioso y costoso de la Exposición. Llegaron a trabajar en su construcción mil hombres al mismo tiempo.
En 1926, tras la dimisión de Aníbal González de su cargo de director de la Exposición debido a continuos recortes en el presupuesto, asume la finalización del proyecto el arquitecto Pedro Sánchez Nuñez. El arquitecto Vicente Traver será quien termine los cerramientos del recinto; y también el que añadirá la fuente del centro de la plaza, que no estaba contemplada en el diseño de Aníbal.
En 1929 tuvo lugar en la plaza el acto de inauguración de la exposición. A la misma acudieron Alfonso XIII y diplomáticos de los países iberoamericanos. Por ser sede de la Capitanía General, se celebra también el desfile de la pascua militar el 6 de enero de cada año.
Dimensiones de la Plaza de España de Sevilla
La plaza es de grandes dimensiones (170 metros de diámetro). Tiene una forma semi-elíptica, que simboliza el abrazo de España a sus antiguos territorios americanos. Mira hacia el río Guadalquivir, como camino a seguir hacia América. Su superficie total es de 50.000 metros cuadrados aproximadamente. De ellos, 19.000 están edificados y los 31.000 restantes son espacio libre.
La bordea un canal que recorre 515 metros y la atraviesan cuatro puentes. La construcción está realizada con ladrillo visto; y también cuenta con una amplia decoración de cerámica. Los techos de la galería de la plaza cuentan artesonados; y esta se sostiene con columnas de mármol. Los respaldos de los bancos y algunas farolas están realizadas en hierro forjado.